Un profundo respeto...

Un profundo respeto por la gran sinfonía del mundo

En nuestros días la mayor parte de la gente no es responsable, toda nuestra sociedad se ha convertido en irresponsable. Evidentemente todo el mundo asume responsabilidades , en la vida social, en el trabajo, por un salario. ¿Pero qué es la verdadera responsabilidad? Hay varios niveles.

En primer lugar somos responsables de nosotros mismos, de nuestro cuerpo y de nuestro espíritu, de nuestro karma. Hay mucha gente que no se ocupa de su cuerpo. Se olvidan de que tienen un cuerpo. Cuando se ponen enfermos se entregan ciegamente a la medicina. Lo mismo ocurre con el espíritu: toman las ideas de los demás, con la educación con la televisión, con los periódicos..., pero no conocen su propio espíritu.

También está la responsabilidad con respecto al entorno. Si nuestro karma se vuelve malo, nuestra influencia sobre los demás y sobre nuestro entorno será negativa. Al contrario, si somos felices, si tenemos buena salud, podemos ayudar a los demás. El problema del entorno no es sólo político, está sobre todo en nuestro espíritu. Su origen está en el espíritu egoísta de cada uno.

También está la responsabilidad con el universo entero. Cada una de nuestras acciones , incluso las más pequeñas, influyen en el universo entero y además para toda la eternidad. Lo que nos lleva a la pregunta: ¿Hacia donde vamos? ¿En que dirección? ¿A donde llevamos al se humano? Esa es nuestra responsabilidad.

La educación de los niños debería dirigirse hacia el objetivo de crear un ser libre, que pueda comprender y que sea él mismo responsable de sus actos con respecto a todo el universo. La práctica del zen conduce a esta libertad. Por eso el maestro Deshimaru decía: "Zazen es la forma adulta de nuestra vida". Al practicar zazen llegamos a ser conscientes de nuestra resposabilidad. Kinhin es andar, de pie, derecho, estable, sobre la tierra. Es importante saber adónde vas , en que dirección. Para ir en la dirección exacta es necesario que el hombre alcance ciertos puntos. Estos puntos están contenidos en la práctica de la vía, en zazen.

El primer punto es tener la visión justa. Por medio de zazen hay que despertar a esa visión justa, salir del propio sueño, despertar a la realidad de la vida, abrirse, estar atento al mundo. Esto se lleva a cabo practicando realmente, concentrándose aquí y ahora en cada una de nuestras acciones. Al abrirse así se desarrolla un respeto cada vez más profundo hacia la gran sinfonía del mundo. Por eso después de zazen nos prosternamos en sampai. 

Ultimo punto importante: mushotoku, sin meta ni provecho. No pensar siempre en uno mismo, no actuar siempre con una meta personal. Si uno no tiene este espíritu mushotoku es difícil ser verdaderamente responsable, es decir ir en la dirección justa. Por eso los políticos no pueden conducir al ser humano hacia la felicidad.

Practicar zazen es desarrollar el espíritu del bodhisattva, ayudar a los seres en el camino de este despertar. Gracias a zazen podemos comprender que somos responsables de todo el universo, porque nosotros somos el universo.El maestro Deshimaru decía: "Si un hombre da un paso hacia adelante, hace que toda la humanidad avance un paso". Puede que el diálogo sobre zen y responsabilidad nos haga avanzar un paso y también tomar conciencia de nuestra responsabilidad con respecto a nosotros mismos: al fin y al cabo, todos estamos solos con nuestro Karma.

Editorial del nº9 [Primer semestre 1996] de ZEN, revista de las Asociaciones Zen de Andalucía, Cataluña y el País Vasco.

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