No hacer nada en absoluto En zazen no se hace nada en absoluto, se deja de interactuar con todos los fenómenos. Uno no se esfuerza en suprimirlos pero tampoco los persigue. El espíritu se vuelve como el vasto cielo que no se opone a nada ni se estanca en nada. La “esencia de numerosos Buddhas” es esta realización en zazen, la realización de lo que se llama “la verdadera naturaleza de Buddha”, nuestra existencia real en total unidad con todos los seres, la vida a fin de cuentas sin separación. Esta realización sin interacción significa que, incluso si hay consciencia y objetos mentales, las interacciones entre ambos se suspenden. Se deja aparecer los pensamientos, las sensaciones, las percepciones, los deseos, pero no se interactúa con ellos: uno se conforma simplemente con reflejarlos, lo cual es lo característico de la conciencia que actúa como espejo. Es lo que mantiene una presencia en el mundo, una presencia en la realidad tal cual es, y, a cada instante, sin depender de l...