Buda se planteaba cómo vivir una vida auténtica. Para la mayoría de las personas la respuesta surge de sus deseos. La respuesta que el monje quiere oír es la de la vida misma, que todas las mañanas es nueva, que todas las noches se olvida. Es « Hô », el Dharma. El Maestro Deshimaru nos repetía siempre: « Debéis crear vuestra vida a partir de zazen.» Oír el Dharma, oír la enseñanza, el sistema cósmico, mañana a mañana, tarde a tarde, día a día, es el satori infinito del Buda. Aquí, en este lugar apacible, oís el ruido de la naturaleza, el canto de los pájaros. Son siempre los mismos sonidos y siempre es nuevo. Así es la Vía, antigua pero siempre nueva, siempre renovada, siempre fresca, siempre pura. Por eso se dice en el Hôkyô Zanmai: « Según las causas y las condiciones, brilla en silencio, tan delgada y sincera, donde no hay falla, tan grande que sobrepasa todos los límites. » Raphaël Dôkô Triet Kusen (sesshin de abril, 2013; extracto)