El espíritu de las reglas...
ZEN, Boletín de la Asociación Zen Internacional - 1999 - Nº 79
EL ESPIRITU DE LAS REGLAS
(EDITORIAL)
"La verdadera esencia de las reglas es, ante todo, mirar al interior de uno mismo."
Por segunda vez este Boletin presenta un dossier importante para la práctica de la Vía y el futuro de la Sangha: "el espíritu de las reglas". ¿Por qué el espíritu de las reglas y no simplemente las reglas?
Cada año, a su vuelta de Japón, el Maestro Deshimaru tenía costumbre de traer o modificar una regla de la ceremonia explicándonos: "Ahora voy a enseñaros las verdaderas reglas."
De esta forma, jamás podíamos apoyarnos en algo definitivo o demasiado formal. Sensei mantenía así un espíritu fresco y vigilante en todos sus discípulos.
Sin este espíritu, las reglas no serian diferentes a las del ejército, las de la carcel o de cualquier otro grupo social.
Hablar de las reglas a menudo provoca una fuerte reticencia. Sin embargo, las reglas no son necesariamente puro formalismo. En el zen, son sencillamente reglas de vida, como cualquier que la naturaleza posee, incluso sin que la palabra regla se pronuncie.
Zazen no se practica solo y las reglas no están hechas para imponérselas a otros sino para observarlas uno mismo. Todos los grandes maestros hasta el Maestro Deshimaru han creído oportuno instaurar sus propias reglas, inspirándose en las de los tiempos pasados pero adaptándolas a su época, al país en que vivían y con la preocupación de infundir en ellas un espíritu nuevo y creativo.
Cuando aparecen nuevas reglas no son más verdaderas que las que existían antes. No es para abandonar lo falso y coger lo verdadero, sino para hacer que nazca una práctica libre y feliz.
Ahora que Sensei ha muerto, podríamos caer en la tentación de no volver a cambiar nada más para no traicionar su enseñanza. Pero la enseñanza fija no transmite nada. Y no traicionar la enseñanza de maestro es mantenerla viva y, para ello, mantener los ojos abiertos y conservar la capacidad de cambiar y de aprender.
Sin este espíritu fresco, incluso un número indefinido de reglas puede alimentar cualquier cosa, como el fanatismo o los más oscuros objetivos. Por eso no hay que olvidar que la verdadera esencia de las reglas -ya se trate de las reglas del dojo o de las que rigen nuestra práctica en la Gendronnière, en los dojos, en la vida cotidiana- es, ante todo, mirar al interior de uno mismo.
Rahaël Dôkô Triet.
Versión en castellano de Begoña Agiriano.