Las doce causas de interdependencia (4) - Roland Yuno Rech
Los doce eslabones de la cadena
Después de haber hecho realidad el despertar bajo el árbol de
Dijo: “Condicionados por la ignorancia, surgen las fabricaciones mentales. Condicionada por las fabricaciones mentales, la consciencia”.
La consciencia, a su vez, condiciona los fenómenos que llamamos cuerpo y mente, nombre y forma. Los que a su vez condicionan los seis dominios sensoriales, es decir: los ojos, las formas visibles, la relación entre los dos, es decir, la percepción visual; las orejas, los sonidos, las percepciones auditivas; lo mismo para la nariz; la lengua; el cuerpo; el mental; los contactos que tenemos con el mundo, el mundo interior de nuestro propio cuerpo-mente y el mundo exterior que condicionan las sensaciones.
Las sensaciones condicionan la sed, la avidez, los deseos. Los deseos condicionan el apego. La avidez condiciona a su vez el proceso del devenir, el deseo de persistir o existir. Este deseo de devenir provoca un nuevo nacimiento. El nacimiento es la condición que produce la vejez y la muerte, con las penas, el dolor.
Esta rueda de la vida permite comprender como se suceden las diferentes etapas de la vida, del nacimiento a la muerte y al nuevo nacimiento. Es lo que llamamos la producción condicionada. Comprender esto, es comprender el origen del sufrimiento.
A veces decimos: “Nosotros somos los autores, los responsables de nuestro sufrimiento.” A veces, al contrario, pensamos que sufrimos a causa de los otros, que el sufrimiento procede de un espíritu maligno, de un demonio o de un pecado original, la falta de algún otro. Pero Buda, en su despertar rechazó estas afirmaciones, ni nosotros mismos, ni ningún otro somos la causa de nuestro sufrimiento sino la rueda de la producción condicionada, la cadena de las doce causas interdependientes.
Si observamos esto íntimamente, podemos hacer realidad que al cortar uno de los eslabones de la cadena, podemos liberarnos. Buda describió la rueda girando en el sentido de no del encadenamiento sino en el sentido de la liberación. Por ejemplo, al suprimir la ignorancia, se suprimen las tendencias fabricadoras, lo que arrastra la supresión de los eslabones siguientes.
Al hacer realidad esto, el Buda sintió un gran gozo y dijo: “Es como haber encontrado en la jungla una vieja vía, un viejo camino recorrido por los antiguos budas”.
Todos los budas, todos los despiertos del pasado se han liberado del sufrimiento, han realizado el despertar, el nirvana al comprender esta producción condicionada, poniendo fin al encadenamiento. Practicar zazen es darse la posibilidad de romper el encadenamiento a las doce causas.
Las doce causas de interdependencia - Sesshin de Kasterlee (Belgica), 4 al 6 de febrero de 2000