Kusen de Étienne Zeisler sobre el "Tenzo Kyokun" del Maestro Dogen [27/..]

 KUSEN

 (enseñanza oral durante zazen)

"TENZO KYOKUN"

del

Maestro DOGEN

Comentarios de Ètienne Zeisler


 [27/..]  

Martes 28 de octubre 1986. (07:00 h)   

Dogen dice: “En los numerosos monasterios sobre las numerosas montañas que he visitado en China, los monjes aseguraban sus responsabilidades y trabajaban según sus capacidades durante un año. Mantenían y daban muestra de la actitud más elevada, apropiada al lugar y a las circunstancias. Los tres aspectos de esta actitud eran: 

1º) Comprender que trabajar para los otros, para su beneficio, es obtener un beneficio para sí mismo. 

2º) Comprender que hacer todos los esfuerzos posibles para el bien de la sangha vivifica nuestra propia práctica. 

3º) Comprender que esforzarse por suceder y sobrepasar a los patriarcas del pasado, significa aprender de sus respectivas vidas y respetar su ejemplo.

Tenedlo en cuenta, un loco se ve como otro, un sabio ve a los demás como a él mismo. Como decía un antiguo maestro: “los dos tercios de nuestros días se han ido y todavía no hemos comprendido quienes somos, perdemos nuestro tiempo persiguiendo quienes somos, perdemos nuestro tiempo persiguiendo nuestros deseos e incluso con lo que nos enseña no hacemos media vuelta. Qué pena ”No encontrar un verdadero maestro significa ser presa de nuestros sentimientos y emociones. Ved el ejemplo del hijo idiota de un hombre rico que ha dejado su hogar con el tesoro de su familia, y lo ha tirado como se tiran las inmundicias. Este ejemplo es patético. De la misma manera, si comprendemos lo que es el trabajo del tenzo no lo debemos dilapidar.”

Para la práctica de la Vía, para el trabajo del tenzo, debemos abandonar todas nuestras categorías, todas nuestras opiniones ordinarias, dejar pasar todos nuestros pensamientos. El monje, es quien vuelve su espíritu ordinario hacia la Vía. Cuando se le llama, quiere seguir la dirección de su espíritu original. El Buda Shakyamuni abandonó su castillo, su familia, sus bienes y sus posesiones.

Renunciar al mundo, practicar la Vía, es pensar más allá del pensamiento, pensar desde el fondo del no pensamiento. Y los seres humanos no comprenden esto, muy pocos lo comprenden. Están siempre presos de sus sentimientos y de sus emociones. Nuestra vida es corta, los dos tercios han pasado ya, ¿Cuánto tiempo nos queda para practicar? ¿Para encontrar la verdadera libertad? Estas personas, incluso si se les llama, si se les enseñas, rechazan dar media vuelta, volver su mirada hacia el interior.

Durante quince años, sensei nos ha enseñado zazen, hishiryo, mushotoku. Después de quince años, muy pocos han permanecido. Algunos han partido, críticos. Mushotoku incluso se vuelve una categoría, hishiryo se convierte en una opinión. Debemos volver a la conciencia pura durante zazen, sin categorías. Si no se tienen categorías sobre Buda, no se estás limitado por Buda. Si no se tienen categorías sobre los seres humanos, no nos limitaremos. Si nos tenemos opiniones sobre mushotoku, mushotoku no nos limitará.

Un día Buda Shakyamuni fue a enseñar a casa de Buda Devajara. Quería ir solo pero Manjusri, que se empeñaba en acompañarlo, lo siguió escondido. Sin embargo no pudo entrar, se le prohibió el acceso. Pensó entonces: “Puf! No tengo nada que hacer. Yo mismo, si quiero soy Buda, pero para el bien de los otros, prefiero permanecer bodhisattva, ¿Por qué tengo que correr detrás de Buda?

Inmediatamente se precipitó en el infierno, prisionero entre dos montañas metálicas. Nuestras opiniones se vuelven como estas montañas metálicas. Nuestra vida, nuestra cabeza, nuestros deseos se resquebrajan sin parar. Es inútil buscar la verdad. Es mejor no tener opiniones al respecto.

Practicar zazen es comprender que no tenemos numen, y volverse monje. Esta práctica esta más allá de lo que se llama grande o pequeño, cercano o lejano. No tiene ni comienzo ni fin. Y sus méritos son para si mismo y para los otros sin distinción.

Dos monjes discutían así. “¿Cual es el cielo maravilloso e iluminado del espíritu? - Son las montañas, son los ríos y la tierra. Es el sol, la luna, las estrellas”

Nuestra conciencia durante zazen es todo. No intentéis juntar alguna cosa, o suprimir alguna otra, sea lo que sea. Este espíritu de ahí, este espíritu es el mismo Buda. Soku sin ze butsu.

Si buscáis el lugar de Buda, el lugar de la verdad, automáticamente como Manjusri, estaréis aprisionados por montañas de metal. No hay lugar donde ir, no hay lugar separado de uno mismo, separado de mi cuerpo y de mi espíritu. El lugar de Buda, hishiryo, mushotoku, la verdad más alta, es nuestra propia vida. El Universo entero es la actividad del ser. Es el verdadero aliento vital.

Dogen dice: “Sabedlo bien, un loco se ve a él mismo como a otro, pero el hombre sabio ve a los otros como a él mismo”. Cada una de las cosas es nuestra propia vida, cada cosa es nuestra propia práctica. Hacer la comida, abandonar toda idea de que hay ingredientes de alta o baja calidad, abandonar, perder, es el verdadero satori. “Ganar es la ilusión, la perdida del satori.”

La esencia de zazen es volver a la absoluta condición normal. Es el verdadero lugar de Buda, nuestra vida autentica, nuestro cuerpo autentico, nuestro espíritu autentico, sin buscar, sea loa que sea. Kodo Sawaki decía: “Las personas se concentran para tener éxito en su vida. Quieren acumular posesiones, coches, dinero, riqueza, renombre. Yo, me concentro solamente para perder”.

Este espíritu es la base, el fundamento de nuestra práctica. Dogen dice en el Tenzo Kyokun: “Debéis pensar solamente en servir mejor a la sangha, sin tener miedo de la pobreza. Así, el largo tiempo que nuestro espíritu no esté limitado, recibiréis naturalmente méritos ilimitados”. Si no se está limitado por ningún fenómeno, cada fenómeno se vuelve Buda, cada fenómeno, él mismo, es este espíritu de Buda” 

 Continuará... 

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