La fe justa (2/5)

LA FE JUSTA (2/5)

Es así que, practicado con confianza, con fe, zazen se convierte en la puerta de la gran libertad. Nos permite movernos en medio de todos los fenómenos de la vida sin extraviarnos.

Practicar zazen con confianza

La fe es la confianza en una verdad cuya validez hemos verificado anteriormente. Incluso si se puede explicar con palabras, la verdadera confianza, la verdadera fe en zazen solo puede resultar de la experiencia práctica, concreta, de ese abandonar nuestras costumbres mentales ordinarias. Zazen puede ayudarnos a hacerlo realidad, pero ha de ser un zazen practicado con confianza. Si uno duda de la práctica, no se compromete de verdad, siempre tiene reservas y ya no se puede comprender la verdad de esta enseñanza, lo que, evidentemente, alimenta de nuevo la duda.

A la inversa, si uno se compromete en la práctica con total confianza, como un niño que acepta que su padre o su madre le guíen, si se acepta entregarse a zazen y dejar que zazen le lleve más allá de los límites del ego, entonces esa confianza permite que zazen le despierte y le libere.

Practicado con confianza, poniendo en ello toda la atención y energía aquí y ahora, zazen se convierte en Despertar en sí mismo, comprensión íntima, intuitiva de la profunda realidad de la existencia, de la interdependencia con todos los seres. Así, lo que se comprende intuitivamente se hace realidad en nuestra manera de continuar la práctica. Uno se armoniza con la verdad, abandonando de instante a instante todos los bonno, las ilusiones que surgen en la mente durante zazen. Así esos bonno, esas causas de sufrimiento se vuelven inofensivas. Hay, claro, pensamientos de avidez, de hostilidad que pueden atravesar la mente, cuando está hundida en una cierta ignorancia, como en los estados de kontin, de somnolencia, de falta de vigilancia, o de sanran, de agitación mental. Pero esos estados, esos pensamientos, no nos condicionan. Uno sólo los atraviesa en una práctica profunda y enérgica que hace que nada se adhiera a la mente en zazen.

Practicado con confianza, con fe, zazen se convierte en la puerta de la gran libertad. Nos permite movernos en medio de los fenómenos de la vida sin que nos perturben. Pueden aparecer pensamientos y emociones, pero nada se adhiere a la mente que no se estanca en nada. Es como un espejo al que nada puede manchar. Puede reflejar un deseo, pero no se convierte en ese deseo, puede reflejar el odio, pero no se convierte en ese odio. Simplemente constata la presencia de esas emociones y las deja volver a la vacuidad de la que provienen. Así, practicado con confianza, con fe, zazen se convierte en la puerta de la gran libertad. Nos permite movernos en medio de todos los fenómenos de la vida sin quedar aprisionados por ellos. Tenemos la mente en armonía con la naturaleza de Buda. Está presente por todas partes y siempre perfectamente consciente y lúcida.

Roland Yuno Rech.

Traducción al español de Elena Jokai Parra

Tomado de la Revista Zen nº103, Enero/Febrero 2024 de la ASOCIACIÓN ZEN INTERNACIONAL

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